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miércoles, 15 de febrero de 2017

Análisis del PSG - Barcelona en imágenes


    Mucho se ha podido decir y escribir desde la noche de ayer sobre la histórica caída del Barça en París. Casi 24 horas después del partido, podemos desmenuzar y analizar con más calma y en frío sobre los por qués de la derrota culé. Para poder asentar lo expuesto ayer en formato texto, hoy nos apoyaremos en un análisis táctico basado en las imágenes tomadas del propio partido, algo más visual e intuitivo para todos. Trataremos de desvelar las claves de un encuentro difícil de olvidar para cualquier aficionado al fútbol.

El dibujo táctico del Barcelona en fase defensiva fue un 4-4-2 en el cual las líneas estaban muy estiradas, por lo que al Paris Saint Germain le resultó fácil romper la presión azulgrana. Iniesta y Busquets jugaron demasiado en paralelo, dejando la espalda libre, espacio que aprovechó el conjunto galo para progresar con facilidad.



La mala posición defensiva, así como la ausencia de coberturas y equivocada toma de decisión de los jugadores del Barcelona dejó mucho espacio para Matuidi, Draxler o Di María.

Como muestra de todo lo comentado hasta ahora, vemos a Verratti sin ningún tipo de presión, y un Barcelona poco compacto, en el cual los jugadores dudan sobre qué hacer, a quién presionar y cómo, dejando la espalda libre. Rabiot lee muy bien la situación y abre una línea de pase que supera al centro del campo azulgrana.


Las dudas eran tales que, en una situación en la cual Messi debía apretar al central del Paris Saint Germain, es Iniesta el que de forma equivocada lo hace, dejando la puerta abierta para la progresión del equipo francés.

Otro ejemplo significativo de la mala lectura de juego de los delanteros y centrocampistas del Fútbol Club Barcelona; Iniesta abriendo línea de pase entre líneas.


Las jugadas del tercer y cuarto gol son significativas de la ineficaz presión barcelonista y la enorme cantidad de campo desocupada debido a la mala colocación de las piezas.


     Un jugador que se mostró muy peligroso y cuyos movimientos originaron grandes desequilibrios fue Blaise Matuidi, que cuajó una actuación totalmente redonda. El centrocampista francés supo leer de manera sobresaliente en qué zonas podía moverse para generar dudas en el conjunto culé.

     Vamos a mostrar una serie de imágenes que muestran su inteligencia a la hora de moverse en el terreno de juego.




En una posición adelantada, entre André Gomes y Sergio Busquets, Matuidi lee muy bien la situación en la cual habilitar un espacio para que su compañero Rabiot pueda recibir para luego realizar un movimiento hacia adelante que le deja en franca ventaja a la hora de recibir el balón a espaldas de la línea de presión.


Posicionamiento adelantado de Matuidi que le permite generar una ocasión de peligro a través de sus movimientos verticales hacia delante, ante los problemas del doble pivote azulgrana.


Otra vez, movimiento vertical que genera una oportunidad de gol para el Paris Saint Germain.


     Problemas del Fútbol Club Barcelona en ataque debido al sistema defensivo del Paris Saint Germain.
El Barcelona apenas inquietó entre líneas, ni generó estructuras triangulares, ante un equipo francés que no necesitó mirar hacia atrás para prevenir los posibles huecos dejados en la presión.

Además, el Paris Saint Germain orientó de forma muy eficaz el juego hacia las bandas, creando estructuras que impedían el juego entre líneas, y que se mostraban muy juntas, basando su juego defensivo en un sistema de ayudas muy bien coordinado y junto.




     Enésima lección táctica de un Unai Emery que llegaba levemente criticado desde tierras galas, aunque con el rendimiento inmediato del que denominan 'el mejor fichaje del mercado de invierno en la historia de Francia', Julian Draxler, ha comenzado a coger el vuelo en Ligue 1 y le permite lavar ciertamente su imagen de cara a su afición. Ahora, la larga sombra de Blanc por los títulos obtenidos y el dominio de los campeonatos franceses en los últimos dos años es muy larga, pero Emery ahora tiene todo el crédito, merecidamente, para poder seguir adelante con su proyecto. Un gran planificador de eliminatorias a doble partido, por lo cual se le dio el cargo, para dar un paso adelante en la máxima competición continental, que ha analizado y desmenuzado las debilidades de un Barça bastante irregular esta temporada y que deja muy tocado a un Luis Enrique que no dará por perdida la eliminatoria hasta que no finalice la vuelta en el Camp Nou, a pesar de tratarse casi de un imposible.



martes, 14 de febrero de 2017

San Valentín en París
























     San Valentín y en París. Sin embargo el PSG de Emery no le iba a dar un partido fácil como regalo. El encuentro comenzó con mucho ritmo y con un Parque de los Príncipes jaleando cada acción del partido, recordando a las noches de Champions en tierras turcas. Pasaban únicamente cinco minutos y parecía que llevábamos ya una hora de partido. Un ritmo altísimo, presión alta en ambos conjuntos y mucha intensidad, sobre todo por parte de los parisinos, que dejaban ver lo que estaba en juego. El vasco conoce bien el juego y los mecanismos del Barça y de Luis Enrique, por eso le planteó el partido que más le incomoda a los culés, presión muy alta, defensa adelantada y una muy alta intensidad para recuperar balones lo más arriba posible. Este tipo de juego implica un elevado coste en el apartado físico, ningún equipo puede mantener esa intensidad durante muchos minutos, pero si te sale bien, puedes ir dosificando a medida que el resultado te vaya favoreciendo y realizar una presión más moderada. Y precisamente fue lo que pasó, como pudimos ir viendo a lo largo del encuentro.

     Tácticamente la primera parte fue mucho más deliciosa que la segunda, donde el resultado marcaba las necesidades y estilos de ambos equipos. Durante los primeros 25 minutos los dos conjuntos mostraban un estilo de juego semejante. Presión arriba y defensa adelantada, intentando sacar el balón jugado y dejando a un lado los balones largos. Apenas se jugaba el balón por alto a través de cambios de juego, ya que los pocos intentos de balones a la espalda de las defensas fueron infructuosos para ambos, siendo muy fáciles de cortar. La presión sobre la MSN e Iniesta dejó estéril a un Barça que fue incapaz de generar peligro hasta una llegada de André Gomes, que con sus incursiones y las de Sergi Roberto generaban unos problemas en la marca por el costado izquierdo del PSG, provocando unos desequilibrios que acercaron al empate en las botas del portugués. Con el origen del juego por el costado izquierdo, como suele ser habitual, con un Neymar participativo, con superioridad sobre Meunier, pero con poco acierto ya que las ayudas parisinas en la presión impedían la fluidez en el juego culé. Sin embargo estas subidas del carril diestro del Barça también generaban un desequilibrio que aprovechaba sobre todo Matuidi con sus llegadas desde segunda línea, dejando atrás a un André Gomes poco participativo en esas tareas defensivas. A partir de la media hora de encuentro el PSG comenzó a contemporizar más el tiempo de partido, retrasó levemente las líneas y realizó la presión solamente en momentos clave, cuando el Barça más podía sufrir en salida. Así se produjo el robo que acabó en el 2-0 de Draxler. El alemán volvió loco con su clase a un Sergi Roberto desbordado, sin embargo su gol llegó por el perfil zurdo de la defensa catalana, muestra de la versatilidad y los movimientos de los extremos parisinos, aunque Di María estuvo mucho menos participativo que el germano. La buena presión del PSG a través de un descomunal Rabiot, que según pasaban los minutos iba agrandando su actuación, sobre Messi, que se encontraba en su propio campo ofreciendo apoyo para dar fluidez a la salida de balón culé.

     En la segunda parte el encuentro se volvió más de cara para los parisinos, que aprovecharon la ventaja que tenían en el marcador para jugar con las necesidades del Barcelona, mucho más volcado en ataque en busca de un gol que le diese vida en la eliminatoria. Emery controló bien esta situación, retrasando unos metros las líneas del equipo en campo propio, permitiendo al Barça salir con más facilidad que en la primera parte pero con una intensidad aún alta, con numerosos apoyos y cuidando mucho el no dejar espacios a las subidas de Alba y Sergi Roberto. Con Suárez e Iniesta completamente anulados con un omnipresente Rabiot y el oficio de un joven Kimpembe, más característica de un veterano, el Barcelona fue incapaz de encontrar una sola fisura en defensa. Mientras, el técnico vasco daba entrada a Lucas para acabar de aprovechar las contras y la verticalidad de un equipo que puede optar por cualquiera de las dos vías para hacer daño al rival en ataque. El brasileño entraba por un Di María que fue letal con dos goles, aunque la mayor parte del caudal ofensivo pasaba por Matuidi y, sobre todo, Draxler. Con el 3-0 en el marcador y el partido totalmente controlado por parte de Emery, el Barça lo intentó aunque no con demasiado acierto, mientras el PSG, en un estado de euforia, consiguió el cuarto gol en una acción de delantero puro de un Cavani en forma que dejaba totalmente hundido al equipo de Luis Enrique. 

     Los culés intentaron conseguir un gol vital de cara al partido de vuelta hasta el último minuto, llegando a encontrar la madera en un remate de cabeza de Umtiti. Sin embargo el partido llegó a su final con ese contundente - y merecido - resultado en el marcador. El PSG superó en todo al Barcelona, dominó el encuentro a su antojo y supo cómo minimizar su impacto en el partido y exprimir al máximo el daño en ataque. Difícil papeleta para Luis Enrique y los suyos dentro de tres semanas en el Camp Nou, deben marcar cuatro goles sin encajar ni uno, todo para forzar la prórroga. Veremos cómo están las esperanzas de remontada de los aficionados y del equipo para ese partido de vuelta, pero este resultado deja muy tocado a un Barça que ya venía jugando de manera irregular, señalado sobre todo a las bajas de Busquets  e Iniesta, aunque hoy ambos estaban presentes. Mientras un Emery bastante discutido en Francia, por la alargada sombra de la cantidad de títulos ganados por Blanc los dos últimos años, sale muy reforzado de una situación que le favorece mucho. Solo un desastre parisino o una exhibición culé darán la vuelta a una eliminatoria casi decantada, la que posiblemente deje muy tocado a cualquiera de los dos técnicos por el transcurso de la misma.

domingo, 12 de febrero de 2017

Miedo al barranco




     Leganés y Sporting jugaron esta tarde en Butarque un partido trascendental en la lucha por la permanencia, marcado seguramente el transcurso del encuentro por esta tesitura. En una primera parte muy soporífera, marcada más por los errores en elaboración y también en finalización de las jugadas, solo es destacable un remate de cabeza de Alberto Bueno que acabó fuera. El Sporting tuvo más posesión, aunque ésta fuera estéril, ya que apenas le permitió pisar el área pepinera. Ambos conjuntos se mostraron muy cautos en el juego, quizás guiados por el miedo de tener el partido a contracorriente ante una posible derrota que sería trascendental para cualquiera de los dos equipos. Aun así, al Sporting le valía el empate en lo que a gol average se refería, ya que ante un posible empate a puntos con los madrileños a final de temporada los asturianos estarían por encima por los resultados particulares entre ambos conjuntos, con todo ello el Leganés seguiría a cinco puntos, lo que sería poco beneficioso para los intereses del equipo dirigido por Rubi. El juego se basaba en centros desde los costados, con tímidas incorporaciones de los laterales, pero fáciles para las defensas. En el Sporting además intentando aprovechar la estatura de su nuevo delantero centro, Lacina Traoré, el jugador más alto de la Liga tras su llegada a España. Prácticamente nulo el trabajo que tuvieron ambos porteros, aun así, Pichu Cuéllar dejó señas una vez más de inseguridad en algunas salidas y decisiones que, si bien no terminaron de ser contraproducentes para los gijoneses, denotan la dinámica de inseguridad que está teniendo en una de sus temporadas más irregulares de los últimos años.

      En la segunda parte todo siguió un guión similar, aunque con dos equipos más atrevidos y un juego más fluido que en la primera mitad, pero con muchas interrupciones por faltas y errores en elaboración por parte de ambos equipos. Los primeros minutos fueron para el Leganés, que consiguió estirar las líneas sportinguistas y dar más sensación de peligro, pero los minutos transcurrían sin ocasiones claras para ningún equipo. Fue ya en el minuto 66 cuando un inesperado goleador entró en escena. Roberto Canella adelantó a los gijoneses en un saque de córner de Burgui directamente raso hacia la frontal del área para el poleso, con la ayuda de Herrerín, que estuvo poco acertado en esa situación, prácticamente la primera parada que tenía que realizar en el encuentro. Desde ese momento el fútbol acabó. Muchas interrupciones, tarjetas y nerviosismo. El Leganés era un quiero y no puedo, mientras el Sporting dormía el partido a sus anchas, parando mucho el juego y con muchas jugadas tirando de la picardía jugando con los nervios de los rivales, cargándose así el partido de tarjetas. Con los minutos avanzando hacia el final del encuentro, el Sporting veía como una mina de oro el devenir del encuentro. Un Leganés incapaz de  generar peligro y entrando en el juego de los gijoneses, los gijoneses estaban cómodos ante esta situación, esperando poder aprovechar una contra para rematar el encuentro o aguantar las desordenadas llegadas de los madrileños. Finalmente ocurrió lo mejor que podía esperar el Sporting, acabar aprovechando lo adelantada que estaba la línea pepinera para que Burgui, con pocos minutos en el campo y mucho más fresco que Bustinza, encarase la portería de Herrerín y definiese al palo largo lo que suponían tres puntos vitales para la villa de Gijón.

     No fue un gran partido de fútbol como tal, más próximo a uno de final de temporada con todo en juego que uno de febrero, pero con ambos equipos sabiendo lo que había en juego, el miedo y los nervios se apoderaron de ambos conjuntos en cada una de las partes del encuentro. Esta vez le salió de cara al Sporting, que se coloca a dos puntos del Leganés, que marca la salvación, y a tres del Deportivo (con un partido menos), con el gol average a favor frente a los madrileños, algo que puede ser muy importante a final de temporada. Sensaciones nulas y de impotencia de ambos equipos, aun con ello el Sporting da un paso adelante hacia la lucha por la permanencia.

sábado, 11 de febrero de 2017

Mané, bienvenido.




     De sobra es sabido que el ritmo de la Premier es otro. Más juego directo, más verticalidad y un estilo de juego mucho más vertiginoso que en otras ligas centroeuropeas y occidentales. Sin embargo el Tottenham de Pochettino se caracteriza más por un juego asociativo, sin renunciar a la verticalidad, pero primando el criterio y el juego con el balón por bajo. La versatilidad de su línea ofensiva de tres por detrás de un hombre clave como Kane, formada por Son, Dele Alli y Eriksen, de izquierda a derecha, dan un nivel de juego que permite a los londinenses ser segundos siguiendo la estela del descomunal Chelsea de Conte y finalizar terceros la campaña pasada. Es, sin duda, uno de los equipos más atractivos a los que seguir en la Premier League, coincidiendo además con la regularidad de hombres clave como Son y Eriksen y el paso adelante de nuevas figuras que ganan peso en el vestuario y en el juego de los del norte de Londres, como Dele Alli o Eric Dier. Un equipo compacto y equilibrado que aspira a pelear hasta final de temporada por acabar en lo más alto, como la temporada anterior, siempre y cuando el ritmo del Chelsea se vea reducido. Sin embargo en la tarde de hoy, en un importante partido en Anfield, el equipo se ha mostrado carente de imaginación arriba. Su línea de tres cuartos no fue capaz de generar peligro y Harry Kane estuvo poco participativo. Todo quizás generado por el tempranero doblete de un excepcional Sadio Mané, que dejó tocado a unos Spurs que no supieron reaccionar a la avalancha de fútbol vertical de los Reds.

     Klopp sabía que anulando a sus rivales a unos metros del área tendría mucho terreno ganado en el aspecto defensivo. Y los dos goles del senegalés, recién llegado de la Copa de África, le allanaban aún más el camino, ya que solo tendrían que esperar, sin la necesidad de tener que marcar o arriesgarse en tareas ofensivas. El Liverpool dejó tocar el balón todo lo que quisiera al Tottenham, siempre y cuando tuviera en balón cerca de la medular. Con las líneas bastante juntas, los Spurs tenían que acabar optando por jugadas rápidas a través de las bandas con las subidas de sus laterales o con balones largos a la espalda, ambas situaciones en las que los Reds tenían todas las de ganar, y así lo sabían.

     A partir de esos dos goles, el guión de partido fue ese. Un Tottenham dominador de la pelota, pero no del encuentro. A penas tuvo ocasiones claras para acercarse en el marcador. Únicamente en la primera media hora, cuando el Liverpool aún seguía atacando de manera muy directa, lo que propiciaba más errores y más opciones de réplica a los Spurs, pero de manera totalmente infructuosa, ante la discreta actuación de hombres como Eriksen o Dele Alli. Poca productividad ofensiva del equipo de Pochettino, quizás uno de los partidos más flojos en ese sentido de la temporada, mientras el Liverpool, con la renta del doblete de su hombre más en forma este año, posiblemente el hombre más peligroso del perfil diestro de esta Premier, fue aguantando las estériles llegadas de los londinenses y fue dejando pasar el tiempo de un partido que se quedó prácticamente sentenciado en apenas media hora de encuentro. Lo que tardó el Liverpool en ponerse dos goles por delante y empezar a manejar bien el juego del Tottenham. Un partido que controló perfectamente sin necesidad de tener la posesión. Recupera su mejor versión un Liverpool que estaba dejando muchas dudas en las últimas semanas de la mano de su hombre franquicia. Cómo te echaban de menos por Anfield, Mané.

Dos planes para un Barça imparable


     Hoy el Barcelona ha tenido posiblemente el partido más plácido de la temporada. No porque el resultado sea el más abultado en Liga esta temporada, sino por el planteamiento del rival. Lo cierto es que la idea de Pellegrino era muy buena, y a punto estuvo de hacer que el curso del partido fuese otro. El Alavés se presentó en Mendizorroza con algunas rotaciones en la delantera respecto al equipo habitual, algo que pudo dificultar las opciones en ataque del conjunto de Álava. El entrenador argentino trazó un plan que pasaba por el repliegue en defensa y por el contraataque como arma ofensiva. En los primeros minutos el Alavés fue capaz de contener a un Barça dominante que, sin una presión adelantada, se sintió cómodo y liberado para poder jugar el balón en defensa y mediocampo sin demasiado problema. Si bien la semana pasada destacábamos ante el Athletic las dificultades en salida que estaban mostrando los culés, agravado sobre todo por la ausencia de Sergio Busquets, hoy, a pesar de la vuelta del sabadellense, parecía que la salida de balón del Barcelona podría volver a mostrar dificultades con las ausencias de Piqué y Mascherano y con Aleix y Digne en los laterales en lugar de Sergi Roberto y Jordi Alba. Sin embargo el Alavés no aprovechó esta situación, su plan era otro. Y a punto estuvo de hacer que estas líneas fuesen inservibles, siempre que Theo Hernández hubiera culminado su gran conducción a la contra poniendo el 1-0 en el marcador. Los vascos dependían en buena medida de contener a la MSN y aguantar el 0-0 lo máximo posible para luego poder aprovechar algunas de las ocasiones que pudieran tener como esa del lateral cedido por el Atlético. Pero el Barcelona fue capaz de encontrar espacios y acabar adelantándose, lo que complicó la labor de un Alavés que con el paso de los minutos vio como se iba alejando cada vez más del partido.

     El Barça podía dominar el partido a sus anchas. Movía el balón por campo rival sin apenas oposición y con la profundidad sobre todo de Aleix Vidal por banda derecha, que daba amplitud y forzaba a abrir la defensa vasca, y la elevada participación de Neymar en la elaboración por banda izquierda, donde se encontraba en multitud de ocasiones con Messi y Suárez, los catalanes fueron capaces de acechar el área de Pacheco con cierta facilidad.

     Con este panorama y un 0-2 al descanso Pellegrino decidió cambiar por completo su plan. Pasó a defensa de cinco atrás y adelantó radicalmente sus líneas para empezar a presionar desde la delantera. No sabemos qué hubiera pasado si el Alavés hubiese empezado desde el primer minuto con ese plan, ya que el Barsa es más proclive a sufrir ante equipos que le plantean ese tipo de partido. Pero con el marcador en contra y un Barcelona ya más tranquilo y cómodo, pudo superar su presión y fue capaz de seguir aumentando su ventaja en unos diez minutos arrolladores donde pasó por encima del conjunto de Vitoria.

     Hoy el Barça estuvo intratable en un encuentro en el que se le permitió dirigir y dominar la pelota a su antojo. En ese plan los de Luis Enrique tienen todo a su favor para lograr la victoria, pudiendo realizar el partido más cómodo de la temporada en liga.

sábado, 4 de febrero de 2017

Salir sin Busquets.




     El FC Barcelona consiguió dormir un partido tras colocarse con dos goles de ventaja en los últimos minutos del primer tiempo. Una primera mitad donde el Athletic puso en problemas en más de una ocasión al conjunto blaugrana, más precipitado por los errores en salida de la defensa culé ante la elevada presión de los vizcaínos. El plan de Valverde pasaba por complicar a los primeros hombres del Barcelona la circulación de balón, recurriendo para ello a una presión muy intensa de todos sus hombres de ataque, sacrificando más su segunda línea. A pesar de la siempre presente ayuda de Ter Stegen, correcto en juego de pies pero salvador con un par de paradas decisivas, tanto los centrales del Barça como sobre todo Mathieu por banda izquierda cometieron numerosos errores. Ceñidos a su identidad de juego, los catalanes no renunciaron a intentarlo una y otra vez, a veces de manera brillante, no sin soportar un elevado riesgo, pero con algunos errores importantes que daban vida a un Athletic falto de acierto. Y es que el partido tomó unos derroteros gracias a la efectividad. En una de las pocas llegadas blaugranas, llegó el primer gol de Alcácer en Liga con la camiseta del Barcelona, con un remate de '9' puro. Cercano al descanso llegó un nuevo gol de falta de Leo Messi con un blando Iraizoz. Poco más de cara a puerta hizo un Barça que con esa efectividad prácticamente decidió el encuentro. El Athletic sobre todo en botas de Raúl García y Williams, muy activo en la delantera vasca, pudo dar otro sentido al encuentro.

     Sin embargo el Athletic en jugada, por sí mismo, no dio demasiados quebraderos de cabeza a la zaga blaugrana. Es por esto que el peligro del conjunto vizcaíno venía más propiciado por errores culés que por propio trabajo rojiblanco. Algo totalmente evitable pero que haría ir en contra de su identidad de juego. La cuestión no es si el Barça debe jugarse menos el tipo y recurrir más al balón largo o aumentar la amplitud del equipo para poder tener el recurso de salir más por banda. La cuestión es que el Barcelona así alcanzó el éxito, y tiene hombres capacitados para poder efectuar con éxito este modelo de juego. Siempre con presencia de riesgo, jugar así te permite separar más las líneas rivales y ayudar a la fluidez en mediocampo, además de ser el encargado de elaborar las jugadas desde atrás a través de la posesión. El problema está en que estos jugadores hoy no estaban sobre el campo. Si bien es cierto que Iniesta es el cerebro, el que marca los tiempos y es el encargado de llevar arriba la jugada, el hombre clave para que el balón salga desde la defensa y llegué a hombres como el manchego, o el propio Messi, es Sergio Busquets. Posiblemente hoy día sea el mejor futbolista en esta faceta en el panorama mundial, no descubrimos nada nuevo, pero hoy el sustituto en esta labor era André Gomes. El portugués tiene criterio y sabe marcar los tiempos en el juego, pero hoy no llegaba a bajar los suficientes metros para ayudar en la salida de balón como lo podría hacer el de Sabadell. Si el Barcelona sigue sin dar solución a este problema cuando Sergio se ausente, seguirá sufriendo ante los rivales que le propongan este tipo de presión. No hay que encontrar al nuevo Busquets, pero hay que conseguir que el futbolista que ocupe su posición sea capaz de ayudar más a sus centrales que en los últimos encuentros. El Barcelona pudo sufrir más de la cuenta hoy, pero ya lleva varias jornadas pagando por esto. Con Busquets todo funciona perfectamente, para cuando él falte, habrá que replantearse cosas. Cómo salir, o quién se encargue de ello. Ahora, con su vuelta, todo será más fácil.

martes, 29 de noviembre de 2016

De la gloria al drama. Chapecoense.

     Durante la noche del lunes el avión, de la compañía boliviana LaMia, que transportaba al heróico Chapecoense a tierras colombianas para disputar la final de la Copa Sudamericana ante Atlético Nacional se estrelló a la altura del municipio de La Ceja, cercano a su destino, la ciudad de Medellín. A bordo iban 81 personas; 22 futbolistas, 28 acompañantes y directivos, 22 periodistas y 9 miembros de la tripulación (pilotos y azafatas). De todos ellos, según el jefe de la Policía de Medellín, José Gerardo Acevedo, solo han sobrevivido 5 personas. En un principio fueron 6, pero uno de ellos ha fallecido. Según pasen las horas se irán identificando tanto las víctimas como los supervivientes. A esta hora de la mañana se sabe que de los tres supervivientes dos eran jugadores del equipo brasileño y una azafata, aunque hay que esperar a que fuentes oficiales brasileñas o colombianas comiencen a esclarecer datos sobre el accidente, ya que la información que se maneja ahora es mucha y muy variada, lo que solo puede provocar confusión y desinformación. Por eso desde La Cruceta, donde enviamos nuestro más humilde apoyo y ánimo al club brasileño y todas las personas afectadas por el accidente, vamos a respetar el honor de las víctimas y no dar ninguna información acerca de nombres hasta que no haya información oficial.

"En cuantas vidas yo viva, en todas te amaré". El mensaje
en Instagram de Cleber Santana, ex del Atlético, antes de despegar.
     Lo único que podemos hacer desde este humilde blog es hablar de los logros del club brasileño hasta encararse al que iba a ser el partido más importante de su historia. El Chapecoense estaba en 2009, apenas hace siete años, en la cuarta división del fútbol brasileño, logrando su ascenso meteórico a la primera división con una gran temporada en 2014, viviendo 35 años después, de sus 41 de historia. 20 victorias y 12 empates en 38 jornadas en segunda le dieron el ansiado ascenso. Siendo uno de los equipos que más animaba la competición, logró quedar tercero en el campeonato brasileño y conseguir su pase a la actual Copa Sudamericana. Competición en la que fue superando escollos de manera espectacular, en primera fase el Chapecoense se deshizo del Cuiabá, su rival brasileño, pese a caer por 1-0 en la ida, al vencer por 3-1 en el enfrentamiento de vuelta. Ya en la ronda de octavos de final, los brasileños eliminaron en la tanda de penaltis al todopoderoso argentino Independiente de Avellaneda. Empataron ambos encuentros a cero y se impusieron en la tanda de penaltis (5-4). En cuartos de final, el Chapecoense levantó el 1-0 del Junior colombiano en el partido de ida con un 3-0 como local en la vuelta. Los brasileños completaron la hazaña al eliminar a otro histórico argentino en semifinales, al San Lorenzo de Almagro, después de empatar en territorio argentino por 1-1 y aguantar el 0-0 en la vuelta, en Brasil. 


Así celebraba el pase a la histórica y ansiada final.

    Se preparaba para viajar a Colombia a disputar la ida de esta histórica ronda para el club, la final de la Copa Sudamericana. Toda una épica para un humilde club como el Chapecoense. Una auténtica desgracia para los brasileños que con su esfuerzo y el apoyo de una gran afición había logrado lo que parecía impensable. Se seguirán llevando a cabo labores de rescate y se irá actualizando la información acerca de los supervivientes. Esperemos que sean los más posibles.

     Estos son los nueve futbolistas que ni fueron convocados para este partido: Martinuccio, Nemén, Rafa Lima, MBoeck, Demerson, Nivaldo, Moisés, Hyoran y Andrei.




Força Chapeco.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Se mereció más


    Por primera vez esta temporada el Sporting alineó una línea de cinco en defensa muy clara para tratar de frenar las ofensivas merengues. Sin embargo el conjunto gijonés disputó uno de los partidos más serios de la temporada. Con un arranque muy prometedor venciendo en El Molinón al Athletic o a rivales directos como el Leganés, lo cierto es que la última racha de derrotas - 8 derrotas y 2 empates en los últimos 10 partidos - deja al Sporting en una situación de descenso y con un Pitu Abelardo muy discutido por algunos aficionados, aunque su situación no parece peligrar. Con partidos donde jugó mejor que su rival, y otros partidos desastrosos en defensa, sea como fuere el conjunto de la capital de la costa verde era incapaz de obtener los tres puntos y cambiar esta pésima dinámica. Hoy tampoco parecía el día para esto, aunque no sería la primera heroicidad de los gijoneses en Chamartín. Sin ir más lejos hace cinco años el equipo dirigido por Manolo Preciado rompía la racha de imbatibilidad de Mourinho a domicilio. Pero los tiempos han cambiado mucho.


El Sporting con defensa de 5, con Douglas saliendo (en falta a Cristiano)
y Carmona y Moi Gómez volviendo de la presión.
     En la tarde de hoy los fallos defensivos del Sporting se pagaron muy caros, además porque fueron en los primeros instantes de partido. Un penalti absurdo, pero riguroso, completamente evitable, sobre un Lucas Vázquez que salía hacia fuera del área y se alejaba de la zona de peligro, puso en ventaja al Real Madrid. Un Real Madrid que, tras un fallo en la marca al lanzamiento de un córner tuvo en Cristiano Ronaldo una clarísima ocasión que unos minutos más tarde, en un error similar, no desaprovechó. Con Amorebieta defendiendo a 4,5 metros del portugués, el zaguero central dejó en bandeja el gol al luso que remató a la altura del punto de penalti, imposible para Mariño, una situación bastante difícil de explicar especialmente en una defensa de cinco con tres centrales. Del Real Madrid no vimos más en toda la primera parte. Intentó algunas incursiones a través de contraataques por los extremos, ya que el Sporting era el que manejaba la pelota y trataba de llegar sin mucho éxito al área de Keylor Navas, hasta el momento del buen gol de Carmona. En la segunda parte esto se acentuó, hasta el punto que el Sporting dispuso de un penalti fallado por Cop que hubiera supuesto el empate a dos ante un impasible Real Madrid. Lo cierto es que de entrar ese penalti no hubiera sido nada injusto para lo visto durante el partido.

     El Sporting era capaz de hacer circular el balón de una banda a otra, y según pasaban los minutos el conjunto gijonés iba ganando en confianza y acumulando hombres arriba, con el propio Amorebieta descolgándose más y con Moi Gómez y Carmona - continuado por Víctor Rodríguez y Viguera - con mucha libertad para moverse en tres cuartos y encontrar los espacios en una línea poco - y mal - cubierta por el Madrid.


Defensa de cuatro del Sporting con Amorebieta adelantado
por la presión arriba de Sergio.
     Los gijoneses se mostraron muy ordenados, con un 5-4-1 muy claro en defensa, descolgándose muchas veces en una especie de 4-4-2 "ficticio" para frenar el juego interior madridista, con Amorebieta siendo el central que se adelantaba unos metros para evitar que los blancos se diesen la vuelta en tres cuartos y con Sergio Álvarez o Carmona adelantándose también para presionar la salida merengue, con especial vigilancia sobre Modric, el hombre más importante en la elaboración del Real Madrid, como ya es sabido. Lo cierto es que a pesar de formar con defensa de cinco bastante retrasada y una presión ligeramente alta pero no muy intensa en campo rival, no más que lo que podía estorbar Cop para no desordenarse atrás, no se puede decir que el Sporting saliese a encerrarse atrás en el Bernabéu. Jugó mejor que el Madrid, tuvo mejor el balón en sus pies, llegando con más decisión al área rival, a pesar de que las estadísticas muestren lo contrario - más posesión y disparos entre los tres palos para el Madrid -. Dos errores condenaron a un Sporting que mereció más. La típica efectividad de un grande, principalmente característica además en el Real Madrid, fue suficiente para sumar tres puntos más. Para algunos es muy fácil. Mientras, otros, tienen que trabajarlo mucho más y a veces, como en esta ocasión, sin éxito. Los errores se pagan muy caro, y es lo que hay que tratar de evitar. Mantener la continuidad, sea con este sistema o en el 4-2-3-1 que ya era habitual o el 4-4-2 que estuvo probando los últimos partidos, será clave para que el Sporting trate de remontar el vuelo. Jugando como hoy ganaría la mayoría de encuentros, eso seguro.

La importancia de la buena presión



     El miércoles pudimos ver un partido que fácilmente nos podríamos encontrar en una ronda de octavos de la Champions League. Pero en este caso el partido de la jornada fue de grupos. Arsenal y PSG se jugaban en su duelo particular la primera posición del grupo A. Con el 1-1 de París este 2-2 le sirve para tener ventaja de cara a la última jornada para ocupar ese puesto a los de Unai Emery. Con un guión de partido bastante similar a lo que pudimos ver en el encuentro de ida, se notaba en ambos equipos la tensión de lo que había en juego, no como en su anterior enfrentamiento. Sin embargo podíamos ver también a un equipo de Emery mucho más rodado que en aquella cita parisina, mientras en Wenger retornaba la idea de Giroud en punta desplazando a Alexis a la banda mientras por la otra reaparecía el joven Iwobi.

Onces iniciales Arsenal - PSG
     Mientras ambos equipos se peleaban por mantener la posesión, una disputa que en la primera parte iban ganando los parisinos, la clave en el juego de ambos fue la presión. Los dos conjuntos se estaban midiendo de igual a igual, trataban de mantener una elevada posesión a un ritmo medio de combinación, con una línea defensiva alta y una presión elevada que empezaba en el área rival. Ese quizás era el rasgo distintivo de ambos equipos. Durante todo el partido la posesión se iba repartiendo por momentos como es lógico, ya que es un elemento de suma cero, cuando un equipo tiene el balón, el otro no puede tenerlo. Sin embargo la presión no es excluyente. Ambos pueden hacer una presión alta para tratar de dificultar el movimiento de la pelota y tapar las líneas de pase al medio del campo rival. Superar la primera línea de presión del equipo rival era el primer paso para elaborar una peligrosa acción ofensiva, ya que una vez el balón llegaba a los hombres de calidad en el pivote, Ramsey para los londinenses y Verratti para los parisinos, los equipos ya habrían sorteado a tres o cuatro hombres que estaban ejerciendo la presión.

Presión elevada del Arsenal cuyo robo permite provocar el penalti del 1-0
Esto sumado a la capacidad de jugar de manera vertical de los hombres de arriba de ambos equipos provocaba que se combinasen momentos de largas posesiones con jugadas mucho más rápidas y frenéticas lideradas por Alexis o Di María.

     Aun con todos los matices en el juego, con ambos equipos desplegando el mismo tipo de fútbol, la presión eficaz era lo lo que más ventaja le daba de ganar a uno de ellos. El que mejor presionase la salida al rival, ganaría. Finalmente el empate puede demostrar que ambos ejercieron igual de bien la presión desde su delantera, pero lo cierto es que no fue el factor trascendente para que uno de los dos equipos fuese superior, sino que lo fue para que el partido se desarrollase de esa manera.

Invicto e indeciso



     En anteriores artículos, hablando sobre el Oporto - Benfica, ya destacábamos la increíble racha del equipo lisboeta ante equipos portugueses - lleva desde febrero sin perder un partido contra un conjunto de su país - pero la cosa no se queda ahí, en lo que va de temporada, sumando los cinco partidos de Champions las águilas solo han perdido un encuentro en San Paolo ante el Napoli. Este miércoles afrontaba un difícil e importante encuentro en Estambul ante el Besiktas. Sin embargo con el 0-3 a favor en el marcador en el minuto 30 hacía creer que quizás la victoria no iba a ser tan complicada. Nada más lejos de la realidad. La relajación del conjunto dirigido por Rui Vitória se fue reflejando también en la disposición táctica, lo que ayudó al resurgimiento de un Besiktas guiado por la creatividad de Quaresma y la pasión del público del Vodafone Arena.

     Los portugueses comenzaron el partido con una disposición táctica en fase defensiva de      4-3-3 con una alta presión que empezaba con Franco Cervi, Mitroglou y Gonçalo Guedes mientras en la línea de tres más próxima Pizzi, el ex del Atleti, se descolgaba más que Fejsa y Salvio para romper las líneas interiores de pase en salida y obligar a salir por fuera a los turcos. Ya en la segunda parte, tras encajar un gol y reducirse su ventaja a dos tantos, el Benfica retrasa las líneas, cosa que fue haciendo con el paso de los minutos hasta el empate final, y comienza a defender con una línea de cuatro en el medio campo, con un   4-4-2 o 4-4-1-1 según la presión sobre la defensa otomana, con la única modificación de Rafa Silva que ocupaba el puesto de Cervi por el flanco izquierdo, con Salvio ahora escorado a la derecha y Pizzi en doble pivote junto a Fejsa.
El Besiktas cada vez llegaba más al área lisboeta, y mientras los lusos retrasasen aún más su línea más favorecían este hecho. La entrada de Samaris por Gonçalo Guedes, con vistas a reforzar el poderío aéreo en defensa, así lo fundamentaba. El Benfica comenzó a acumular hombres en torno a su propia área y replegándose para defender los balones aéreos que colgaban desde las bandas turcas buscando a Aboubakar. Fruto de esta relajación mental y también de la presión turca llega un penalti absurdo que metía por completo en el partido a los otomanos y a su afición. Con el estadio ya rugiendo y continuando con la dinámica de los últimos minutos, el Besiktas siguió asediando el área portuguesa que no hacía más que defender, con Mitroglou primero y con Jiménez después como único hombre adelantado, al que buscaban con balones largos imposibles que más bien eran despejes, lo que estaba por llegar se veía venir. Y tuvo que ser a raíz de una genialidad de Quaresma. Un lujo en forma de rabona que muy pocos tendrían las agallas, y la calidad claro, para hacerlo en esa situación de partido. Minuto 88, una caldera como estadio y una remontada en el horizonte como caldo de cultivo. Y a Ricardo se le ocurre eso. El lazo perfecto para una remontada merecida por el esfuerzo de los turcos y las facilidades que los portugueses otorgaron para que fuera posible. La relajación en lo anímico, y el progresivo cambio táctico en busca de tratar de aguantar una ventaja que era suficiente, terminó por ceder un punto que deja la última jornada del grupo C al rojo vivo. El Benfica seguirá prácticamente invicto, pero partidos como este pueden llevar a la indecisión.


lunes, 7 de noviembre de 2016

Mucho más que un nueve

    
     En la tarde de ayer el Oporto estuvo a punto de romper la racha de su máximo rival, el Benfica, que lleva sin perder ante un equipo portugués desde el mes de febrero. Sin embargo un gol del central argentino Lisandro López en el descuento dejó a todos los portuenses con la miel en los labios y los mantuvo por debajo en la clasificación a cinco puntos del liderato. A pesar de no ser uno de los nombres propios en la lista de goleadores, el nueve del Oporto fue uno de los jugadores más destacados del encuentro y, casualmente, en la faceta sin balón. Un '9' al uso suele ser un jugador muy cercano al área, un rematador puro que interviene poco en la elaboración de la jugada. Sin embargo en los últimos tiempos jugar de nueve ya no supone ser un nueve. Como ocurre con los extremos a pierna natural ganando línea de fondo, pocos jugadores con ese perfil quedan en el panorama europeo. Y es que el propio André Silva no lleva ni siquiera el dorsal 9, sino el 10. Lo que tampoco supone que posea esas características.

     En el sistema táctico de Nuno Espíritu Santo en Do Dragao se podía apreciar claramente una disposición con balón de 4-3-3, con Diogo Jota, el joven de 19 años cedido por el Atlético de Madrid, que consiguió el gol para su equipo, ocupando el flanco izquierdo y poniendo en serios problemas a la defensa lisboeta, mientras el mexicano Corona subía por la banda derecha y el centro del ataque lo dirigía nuestro protagonista, André Silva, que realizó un gran trabajo en el día de su 21 cumpleaños. El canterano del Oporto se mostró muy activo en la zona de tres cuartos. Sus movimientos generaban los espacios suficientes para dotar de la movilidad necesaria para que Jota y Corona se movieran con libertad entre sus carriles exteriores y la zona interior. Una movilidad que provocó desconcierto en Lindelöf y el propio Lisandro López. La capacidad de Silva para retroceder unos metros y jugar rápido de cara generando espacios a su espalda y abriendo a las bandas cuando más le convenía a su equipo fue crucial. No solo esto, sino que también se le veía caer a bandas e intercambiarse los roles con los extremos dragoes, haciendo que muchas veces, a raíz de sus caídas a la línea de cal, la principal baza ofensiva del Oporto pasara por su perfil izquierdo, con la capacidad de Diego Jota para desbordar, la calidad de Óliver Torres, que ocupaba ese flanco jugando como interior, y las subidas permanentes del ex de Galatasaray Alex Telles. Nelsinho acabó sufriendo un verdadero quebradero de cabeza, con los pocos apoyos de Salvio en esa banda y con un doble pivote -Pizzi / Samaris- que se vio totalmente desbordado, el equipo de Nuno tuvo una gran oportunidad de llevarse la victoria. Sin embargo su poco acierto de cara a puerta, con un Ederson que estuvo bastante acertado, a pesar de que en el gol se le puede atribuir algo de culpa, y sus dificultades para finalizar las jugadas permitió al Benfica llegar con vida a los minutos finales y conseguir sacar un valioso punto para seguir dirigidos a la consecución de la Liga NOS.

     Lo cierto es que André Silva tiene buenos registros goleadores esta temporada, y es que lleva 7 goles y dos asistencias en los 10 encuentros que ha disputado, por lo que no es únicamente su faceta sin balón lo más destacado del portugués, sino que también contribuye en faceta goleadora a su equipo, por lo que aunque ante el Benfica no lo hayamos podido comprobar, no solo es un jugador móvil y generador, sino que también tiene olfato y características de un nueve puro. André Silva no es solo un nueve, es mucho más que un nueve.

domingo, 23 de octubre de 2016

¿Defensa de tres o de cuatro?

  

   Al analista más puro de fútbol, que desmenuza las tácticas de aquellos equipos que ve competir, ya sea por trabajo propio para su club o para el periodista que tenga tal encargo o afición, le encanta ver los partidos de Pep Guardiola. Eso es innegable. Más allá del estilo, la forma o la brillantez de ese partido, ver por dónde te puede salir cualquier equipo del de Santpedor es todo un enigma. Y ese aura de misterio hace que sea muy atractivo analizar la estructura y variación de los esquemas de los equipos de Pep. En el Bayern fue quizás su etapa más pletórica en este sentido, tal profundidad de plantilla y tanto jugador versátil y vistoso hacían que cada semana en el Allianz hubiera que adivinar previo al partido, mirando el once solo con nombres, qué esquema iba a utilizar. Ni el comentarista más experto en la materia se libraba de empezar la retransmisión con un "pues yo creo que parte con una línea de 3/4 atrás con x jugador situándose de interior.." y un largo etcétera. Un par de minutos de inicio de partido que suele servir para situar contextualmente a los equipos que pisan el césped, utilizados como una clase de introducción a la táctica práctica tratando de predecir con su primera predisposición cuál es el sistema o dibujo del once de Guardiola. Y no siempre acertaban.

   Obviamente el fútbol es un juego en el que las piezas van variando indistintamente a lo largo de los minutos. No es un deporte estático. Un equipo no empieza con un 4-4-2 y lo mantiene todo el partido, ni siquiera en todas las fases del encuentro, por eso analizar el trabajo táctico centrándose en un mero análisis a un 4-4-2 o cualquier sistema se vuelve muy simplista y erróneo. Hay entrenadores más proclives al movimiento de piezas, incluso para una mera transición ataque-defensa, mientras otros se mantienen más fijos en sus ideas iniciales, pero siempre con matices. Para el que piense que el fútbol, por ser un deporte tan arraigado entre la gente, es un juego fácil de analizar, se equivoca.

Disposición del City en defensa
   Estas últimas semanas, sobre todo con el pretexto de la vuelta de Pep al Camp Nou y el experimento de Luis Enrique ante el Deportivo, permitió a la prensa deportiva especular sobre si ambos saldrían con defensa de tres, de cuatro o cómo. Finalmente se mostraron más conservadores respecto a la época actual con dibujos más estándares de cuatro reconocibles. Aun así como ya dijimos el fútbol es un deporte móvil. Y eso lo pudimos comprobar esta tarde en Manchester.

   Hoy el equipo de Pep salió en el Etihad ante un ordenado Southampton de Puel con una defensa, de nuevo, algo peculiar. Todo apuntaba a que se trataba de tres centrales; Kolarov sector izquierdo, Kompany por el centro y Stones escorado a la derecha. Y sin carrileros al uso. Pero nada más lejos de la realidad. El que parecía ser el plan inicial, especulando como se suele hacer con los equipos de Pep, es el que ya empezó a tomar forma en la segunda mitad, cuando el City empezó a volcarse por la desventaja en el marcador, algo que permitió ver de manera más fehaciente cuál era la idea de Guardiola. Fernandinho ocupaba el puesto de pivote, iniciando la jugada y dando salida para que Gündogan o Silva por el carril interior, o Sané y Sterling abriendo el campo pudieran recibir y generar el peligro a partir de combinaciones desde tres cuartos. Todo esto es cierto, y concuerda con la idea de los tres centrales, sin embargo tampoco es verdad. Tranquilos, no es verdad al cien por cien. 
Disposición del City en ataque
Podemos decir que es una verdad a medias. Y es que cuando el City se encargaba de atacar esta era la disposición, mucho más fácil de ver en la primera mitad, cuando el equipo citizen trenzaba más sus jugadas de ataque basándose en la posesión y la presencia en el campo rival. Ya en la segunda parte y buscando desesperadamente los tres puntos el juego se volvió mucho más vertical y precipitado, con Pep incorporando hombres de ataque desde el banquillo, pero también en esta segunda parte pudimos ver, por unos minutos, el verdadero plan de Guardiola en fase defensiva. La idea de los tres centrales se desvanecía cuando podíamos ver a Fernandinho pegarse largas carreras, aun con la hora de partido cumplida, por recuperar la posición de central cuando el Southampton se lanzaba al ataque, pasando a ocupar Kolarov el lateral izquierdo y Stones el derecho. Seguramente en la primera parte esto no le salió tan bien por los metros a la espalda que dejaba Fernandinho y lo que le costaba recuperar una posición que no estaba ocupando, algo que a cualquier jugador le costaría como es lógico. Según discurrían los minutos más claro era este hecho, pero por exigencias del guión el dibujo de Pep se fue modificado hasta el límite por la búsqueda del gol que les diera la victoria. La entrada de Navas por Kompany, pasando al sevillano al lateral derecho en las dos únicas oportunidades que tuvo el City de defender por ese costado y empujando en cierta manera a Sterling hacia el centro cuando atacaban, aunque con tanta libertad y fluidez que podíamos ver a todo el Southampton en su área y a 7-8 jugadores Sky Blues rondando la portería rival, importando poco ya el sistema defensivo.

   Ningún partido puede ser desmenuzado al milímetro, ni tampoco se puede decir que por ver a un equipo con tres o cuatro defensas en determinados momentos hacen que esté probando algo nuevo de cara a una prueba mayor. Ya dijo Luis Enrique lo que pretendía con sus tres defensas ante un determinado equipo como el Deportivo. Depende del partido veremos al City, al Barcelona o a cualquiera, según sus recursos disponibles, jugar con un sistema más cerrado o abierto a la imaginación. Y Guardiola es experto en esas lides. Pep no juega con tres defensas o con cuatro, lo hace con ambos.