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lunes, 29 de abril de 2013

El reflejo de la ilusión.

La televisión se apaga. La luz proyecta las miradas que segundos antes había permanecido absortas a raíz de los acontecimientos. Miradas cansadas, que evidencian el paso del tiempo, la experiencia de otras épocas vividas, de momentos históricos grabados en ellas. Miradas nerviosas, agitadas por incesantes emociones. Miradas confusas, miradas que todavía no han procesado aquello que han visto, miradas llorosas, miradas ingenuas. Cada una de ellas esconde una historia, un baño en el mar a la luz de la luna, cientos, o quizás ninguno. Pero todas se mueven igual, al son de lo incontrolable, de lo espontáneo, de lo genuino y especial. Del fútbol, en definitiva.



La Copa de Europa es siempre especial, y por especial, única. Y es única por su descorazonadora dureza, y por la magia que su melodía transmite. Parece delicada, suave, pero no es así. Esta semana, tanto Real Madrid como Barcelona afrontan las consecuencias de la naturaleza de esta copa. Ambos equipos tienen un duro partido de vuelta, sus opciones de estar en Londres el próximo 25 de Mayo son prácticamente nulas. El fútbol nos demuestra día a día, partido a partido, que nada en este juego es imposible. Las opciones son pocas, pero son. No busquen a la épica, ésta nunca existió. Fue un mito instaurado para generar esperanza y convencimiento, pero nada más. Al fin y al cabo, las oportunidades se aprovechan o no. El fútbol dictará sentencia, las mentes humanas lo intentarán explicar, aunque nunca sacarán nada en claro. Lo único claro es que el juego es justo, y el juego marca lo que fue, lo que es y lo que será, sin ayuda de nada más. Sólo cabe apelar a la dictadura del balón, al poder mediante la calma, el movimiento armonioso del Barcelona. Al engaño y el paso de la calma a la tempestad del Real Madrid. Tanto Bayern de Munich como Borussia Dortmund fueron mejores que los equipos españoles en la ida, haciendo inevitable que se produjesen los resultados que se produjeron. Tan inevitable como ver reflejadas en la televisión esas miradas ensimismadas en un cuento tan maravilloso como imprevisible, que comparte derrotas y victorias, desesperanza e ilusión.

@CarlosGarcia09

martes, 2 de abril de 2013

Las claves del París Saint Germain - FC Barcelona.

París espera impaciente uno de los grandes duelos que nos depararán los cuartos de final de esta edición de la Champions League, una de las más abiertas y de mayor nivel en los últimos años. El París Saint Germain intentará en la infinitamente grande y glamourosa capital francesa ponerselo díficil a un Barcelona cuya grandeza reside en hacerse cada vez más fiable a la vez que la competición avanza. A continuación, trataremos de analizar de forma sencilla algunos de los aspectos más relevantes del sistema de juego del conjunto de Carlo Ancelotti.

El París Saint Germain empezó la temporada utilizando un 1-4-3-3 que ha ido dejando su paso al que hoy es ya su sistema habitual, el 1-4-4-2, sistema utilizado por ejemplo en su partido en Valencia y que tan buenas sensaciones dejó en esos Octavos de Final. El París es un equipo de ritmo lento. No destaca por tener un gran ataque posicional, por lo que no le importa colocar su línea defensiva muy atrás, prácticamente en área propia, para posteriormente contragolpear de manera bastante efectiva a través de su hombre clave en transición ofensiva, Zlatan Ibrahimovic. El sueco actúa como hombre boya. A partir de balones largos que el delantero sueco recepciona, el equipo puede salir y generar. Suele estar acompañado en punta normalmente por Menez o Lavezzi, dos jugadores con gran punta de velocidad, y buen desborde para desestabilizar el sistema defensivo rival. Sin duda este será el gran peligro hoy para el Barcelona, que acostumbra a tener problemas cuando se encuentra ante este tipo de situaciones. Otra posibilidad para el PSG para transitar reside en las conducciones individuales que gente rápida como Menez, Lucas o Lavezzi puedan realizar para llegar de forma eléctrica a la meta de Víctor Valdés. Veremos cómo actúa el Barcelona tras la pérdida. Ahí estará una de las claves del partido. Si el PSG puede superar esa primera línea de presión, creará peligro. Xavi o Iniesta no son un plus defensivo. La pregunta es si será capaz de hacerlo. En el aspecto defensivo, en el centro del campo destaca Matuidi, un jugador con muchas virtudes defensivas, es indispensable, pero su principal defecto reside en su orientación a la hora de recibir. Se orienta de forma poco segura y efectiva. Su acompañante, Verratti posee una gran calidad y visión de juego, pero su gesto técnico es demasiado lento.

Hemos comentado que el cuadro de Carlo Ancelotti defiende muy cerca de su portería, no le importa ceder el balón al rival teniendo a Zlatan como amenaza. Y es que la pareja de centrales formada por Thiago Silva y Alex suma su principal virtud en la defensa del área. Alex es quizás más propenso al error, pero Thiago Silva es sin ningún tipo de dudas, el mejor defensor posible ante centros laterales. Su dominio del despeje y su colocación le hacen ser el mejor del mundo en este aspecto. Por ello, la manifiesta debilidad de los laterales parisinos no preocupa demasiado al técnico italiano, que tiene un seguro de vida dentro de su propio área. El Barcelona deberá aprovechar ese defecto en las bandas que tiene el París Saint Germain, es algo obvio, pero tendrá que hacerlo con inteligencia. Logrará ser profundo, pero inoperante a la vez si espera sacar rédito del centro al área. La mejor forma de desestabilizar al conjunto francés será aprovechar la línea de fondo para volver hacia detrás.

 Existen algunas dudas sobre qué jugadores van a ocupar la posición de interior en el sistema de Ancelotti. Pastore suele orientarse hacia el lado izquierdo, pero es un jugador que conjuga de forma casi casi esperpéntica, caricaturesca, clase e indiferencia, talento e irrelevancia. Su pausa puede venirle bastante bien para actuar como lanzadera a los dentro-fuera que puedan realizar bien Menez, bien Lavezzi -el punta que acompañe a Ibrahimovic- a la espalda de Dani Alves. El principal problema de esta opción llega en el apartado defensivo, ya que Pastore no tiene capacidad como para mantener una gran concentración a lo largo de los 90 minutos, además de no poseer unas grandes condiciones defensivas. Por ello, se especula con la posibilidad de ver a Ezequiel Lavezzi en ese sector. Se ganaría trabajo defensivo, aunque en ataque, desde nuestro punto de vista, no sería tan positivo. En el lado derecho, parece claro que jugará Clement Chantome, jugador muy disciplinado que podrá hacer un buen trabajo ante Jordi Alba o Iniesta, pero que con balón no será una amenaza demasiado importante. Lucas ha sido baja las últimas tres semanas, por lo que no parece muy probable que juegue de inicio, aunque podría hacerle mucho daño al conjunto culé con sus conducciones hacia portería rival y su verticalidad.

Por otro lado, no debemos obviar las posibilidades que Messi puede encontrar en el partido de hoy. Matuidi es un portento físico, muy difícil de superar en el uno contra uno, un auténtico perro de presa, pero deberá controlar su ímpetu, ya que tiende más a presionar que a proteger el espacio, por lo que puede dejar recibir a Leo a sus espaldas. Ancelotti deberá concienciarlo de ello. Verratti es voluntarioso en el apartado defensivo, pero no un gran experto en ese sentido, por lo que el París Saint Germain deberá ser un bloque hoy más que nunca.


Para finalizar, no es posible acabar este análisis sin mencionar a David Beckham. El gran jugador inglés no tiene ya físico como para aguantar 90 minutos de un gran desgaste en la élite, pero puede ser un buen revulsivo para encontrar a Zlatan con su portentoso toque de balón, y será un plus en las jugadas a balón parado, en las cuales Thiago Silva o Alex son muy, muy peligrosos.

CarlosGarcia09.