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sábado, 26 de noviembre de 2016

Se mereció más


    Por primera vez esta temporada el Sporting alineó una línea de cinco en defensa muy clara para tratar de frenar las ofensivas merengues. Sin embargo el conjunto gijonés disputó uno de los partidos más serios de la temporada. Con un arranque muy prometedor venciendo en El Molinón al Athletic o a rivales directos como el Leganés, lo cierto es que la última racha de derrotas - 8 derrotas y 2 empates en los últimos 10 partidos - deja al Sporting en una situación de descenso y con un Pitu Abelardo muy discutido por algunos aficionados, aunque su situación no parece peligrar. Con partidos donde jugó mejor que su rival, y otros partidos desastrosos en defensa, sea como fuere el conjunto de la capital de la costa verde era incapaz de obtener los tres puntos y cambiar esta pésima dinámica. Hoy tampoco parecía el día para esto, aunque no sería la primera heroicidad de los gijoneses en Chamartín. Sin ir más lejos hace cinco años el equipo dirigido por Manolo Preciado rompía la racha de imbatibilidad de Mourinho a domicilio. Pero los tiempos han cambiado mucho.


El Sporting con defensa de 5, con Douglas saliendo (en falta a Cristiano)
y Carmona y Moi Gómez volviendo de la presión.
     En la tarde de hoy los fallos defensivos del Sporting se pagaron muy caros, además porque fueron en los primeros instantes de partido. Un penalti absurdo, pero riguroso, completamente evitable, sobre un Lucas Vázquez que salía hacia fuera del área y se alejaba de la zona de peligro, puso en ventaja al Real Madrid. Un Real Madrid que, tras un fallo en la marca al lanzamiento de un córner tuvo en Cristiano Ronaldo una clarísima ocasión que unos minutos más tarde, en un error similar, no desaprovechó. Con Amorebieta defendiendo a 4,5 metros del portugués, el zaguero central dejó en bandeja el gol al luso que remató a la altura del punto de penalti, imposible para Mariño, una situación bastante difícil de explicar especialmente en una defensa de cinco con tres centrales. Del Real Madrid no vimos más en toda la primera parte. Intentó algunas incursiones a través de contraataques por los extremos, ya que el Sporting era el que manejaba la pelota y trataba de llegar sin mucho éxito al área de Keylor Navas, hasta el momento del buen gol de Carmona. En la segunda parte esto se acentuó, hasta el punto que el Sporting dispuso de un penalti fallado por Cop que hubiera supuesto el empate a dos ante un impasible Real Madrid. Lo cierto es que de entrar ese penalti no hubiera sido nada injusto para lo visto durante el partido.

     El Sporting era capaz de hacer circular el balón de una banda a otra, y según pasaban los minutos el conjunto gijonés iba ganando en confianza y acumulando hombres arriba, con el propio Amorebieta descolgándose más y con Moi Gómez y Carmona - continuado por Víctor Rodríguez y Viguera - con mucha libertad para moverse en tres cuartos y encontrar los espacios en una línea poco - y mal - cubierta por el Madrid.


Defensa de cuatro del Sporting con Amorebieta adelantado
por la presión arriba de Sergio.
     Los gijoneses se mostraron muy ordenados, con un 5-4-1 muy claro en defensa, descolgándose muchas veces en una especie de 4-4-2 "ficticio" para frenar el juego interior madridista, con Amorebieta siendo el central que se adelantaba unos metros para evitar que los blancos se diesen la vuelta en tres cuartos y con Sergio Álvarez o Carmona adelantándose también para presionar la salida merengue, con especial vigilancia sobre Modric, el hombre más importante en la elaboración del Real Madrid, como ya es sabido. Lo cierto es que a pesar de formar con defensa de cinco bastante retrasada y una presión ligeramente alta pero no muy intensa en campo rival, no más que lo que podía estorbar Cop para no desordenarse atrás, no se puede decir que el Sporting saliese a encerrarse atrás en el Bernabéu. Jugó mejor que el Madrid, tuvo mejor el balón en sus pies, llegando con más decisión al área rival, a pesar de que las estadísticas muestren lo contrario - más posesión y disparos entre los tres palos para el Madrid -. Dos errores condenaron a un Sporting que mereció más. La típica efectividad de un grande, principalmente característica además en el Real Madrid, fue suficiente para sumar tres puntos más. Para algunos es muy fácil. Mientras, otros, tienen que trabajarlo mucho más y a veces, como en esta ocasión, sin éxito. Los errores se pagan muy caro, y es lo que hay que tratar de evitar. Mantener la continuidad, sea con este sistema o en el 4-2-3-1 que ya era habitual o el 4-4-2 que estuvo probando los últimos partidos, será clave para que el Sporting trate de remontar el vuelo. Jugando como hoy ganaría la mayoría de encuentros, eso seguro.

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